La enseñanza-aprendizaje de
idiomas está en auge. Podemos afirmar esto porque, con hacer una sencilla
búsqueda en internet, vamos a toparnos con artículos
como este, en el cual se analiza de forma breve el mercado laboral y se
recomiendan varios idiomas que resultarán útiles a quienes busquen trabajo. Ya
habíamos comentado en entradas anteriores como, incluso en las leyes de
educación, el papel de los idiomas tiene un claro componente económico. Dependiendo
del mercado
laboral, su oferta y demanda varía y esto influye de manera significativa
en los idiomas extranjeros que los alumnos desean aprender.
Ahora bien, teniendo en cuenta
que las empresas piden competencias en idiomas extranjeros, ¿cómo un candidato puede
demostrar que las posee? A medida que la globalización iba consolidándose en
nuestra sociedad y nuestras mentes, surgieron gran cantidad de organismos que
se propusieron llevar a cabo esta ardua tarea. En esta entrada me gustaría
centrarme en dos de ellos, la Escuela
Oficial de Idiomas y los exámenes de Cambridge.
Las EOIs
ofrecen cursos anuales de preparación para sus propios exámenes de
certificación, que gozan de rigurosidad en tanto que están basados en el MCER.
Las competencias que se trabajan y evalúan en sus aulas son muy similares a las
que propone el Marco (producción, recepción, interacción y mediación). Las
pruebas tienen una duración de 4 horas aproximadamente teniendo en cuenta que
el speaking puede tener lugar en un
día diferente. Durante mi periodo de prácticas en la EOI de Pontevedra, tuve el
placer de acercarme a estos exámenes, lo cual me permitió comprender que la
estructura de estos se repetía cada año.
Las pruebas de certificación de Cambridge,
desde
mi experiencia reciente, tienen un formato más tradicional en tanto que no
se trabaja la mediación, pero en las pruebas de listening, reading and use of
English, writing y speaking, se cultivan el resto de las
competencias propuestas en el MCER. La duración de las pruebas es de unas 4 horas,
pero la prueba hablada puede hacer que tengas que esperar en el centro de
exámenes un largo tiempo hasta que te llegue el turno. Mientras preparaba este
examen, me percaté que, en realidad, solo estaba amoldando mis conocimientos
del idioma al formato de la prueba (que es fijo y lo único que cambia es la
temática y el vocabulario que ha de ponerse en práctica).
Teniendo todo esto en cuenta, me
pregunto hasta qué punto es eficaz medir, a través de un examen, las
competencias que un individuo posee en un idioma extranjero. Este tipo de
pruebas plantean principalmente dos problemas de distinta índole. El primero
sería más bien personal, pues depende de la capacidad de cada persona de
desenvolverse en situaciones de presión. Por ejemplo, un alumno o alumna
brillante puede desmoronarse ante el alto nivel de ansiedad que le provoca una
prueba de este tipo. Siempre que una se enfrenta a un examen, existe un factor
clave: la suerte. Especialmente en idiomas, el tema sobre el que se desarrolla
el examen o una parte de él puede repercutir en gran medida en la nota
obtenida.
Las acreditaciones de nivel se
han convertido en un negocio muy provechoso en los últimos años. Ya muchas
empresas tienen convenios con las organizaciones que ofertan este tipo de pruebas,
llegando incluso a ofrecer cursos a sus empleados. La cuestión económica en estos
exámenes es otro punto que puede añadir presión al examinado porque, en el caso
de Cambridge, por ejemplo, el precio de las pruebas oscila entre los 100 y los
200 euros, dependiendo del nivel al que desees presentarte. En caso de
suspender la prueba y no conseguir tu acreditación, no recibirás ningún tipo de
descuento al presentarte por segunda vez. Además, pasar este tipo de exámenes
requiere preparación, a través de un libro (u otro tipo de material que suele ser de pago) y, en muchas ocasiones de una academia, con lo cual, el
total de dinero invertido asciende. En las EOIs es posible presentarse por
libre tan solo al examen de certificación, pero también se ha de pagar una
cantidad que varía entre Comunidades Autónomas, aunque no supera los 100 euros.
La certificación de idiomas
presenta gran complejidad y tal vez no exista todavía un método más efectivo
para medir las capacidades de los alumnos en las lenguas extrajeras. Sin
embargo, ya que docentes y discentes llevan años tratando de modificar el Sistema
Educativo para hacerlo más eficiente y centrado en la práctica, los exámenes de
certificación presentan también un amplio margen de mejora.
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