viernes, 6 de diciembre de 2019

Los exámenes de certificación


La enseñanza-aprendizaje de idiomas está en auge. Podemos afirmar esto porque, con hacer una sencilla búsqueda en internet, vamos a toparnos con artículos como este, en el cual se analiza de forma breve el mercado laboral y se recomiendan varios idiomas que resultarán útiles a quienes busquen trabajo. Ya habíamos comentado en entradas anteriores como, incluso en las leyes de educación, el papel de los idiomas tiene un claro componente económico. Dependiendo del mercado laboral, su oferta y demanda varía y esto influye de manera significativa en los idiomas extranjeros que los alumnos desean aprender.


Ahora bien, teniendo en cuenta que las empresas piden competencias en idiomas extranjeros, ¿cómo un candidato puede demostrar que las posee? A medida que la globalización iba consolidándose en nuestra sociedad y nuestras mentes, surgieron gran cantidad de organismos que se propusieron llevar a cabo esta ardua tarea. En esta entrada me gustaría centrarme en dos de ellos, la Escuela Oficial de Idiomas y los exámenes de Cambridge.

Las EOIs ofrecen cursos anuales de preparación para sus propios exámenes de certificación, que gozan de rigurosidad en tanto que están basados en el MCER. Las competencias que se trabajan y evalúan en sus aulas son muy similares a las que propone el Marco (producción, recepción, interacción y mediación). Las pruebas tienen una duración de 4 horas aproximadamente teniendo en cuenta que el speaking puede tener lugar en un día diferente. Durante mi periodo de prácticas en la EOI de Pontevedra, tuve el placer de acercarme a estos exámenes, lo cual me permitió comprender que la estructura de estos se repetía cada año.

Las pruebas de certificación de Cambridge, desde mi experiencia reciente, tienen un formato más tradicional en tanto que no se trabaja la mediación, pero en las pruebas de listening, reading and use of English, writing y speaking, se cultivan el resto de las competencias propuestas en el MCER. La duración de las pruebas es de unas 4 horas, pero la prueba hablada puede hacer que tengas que esperar en el centro de exámenes un largo tiempo hasta que te llegue el turno. Mientras preparaba este examen, me percaté que, en realidad, solo estaba amoldando mis conocimientos del idioma al formato de la prueba (que es fijo y lo único que cambia es la temática y el vocabulario que ha de ponerse en práctica).

Teniendo todo esto en cuenta, me pregunto hasta qué punto es eficaz medir, a través de un examen, las competencias que un individuo posee en un idioma extranjero. Este tipo de pruebas plantean principalmente dos problemas de distinta índole. El primero sería más bien personal, pues depende de la capacidad de cada persona de desenvolverse en situaciones de presión. Por ejemplo, un alumno o alumna brillante puede desmoronarse ante el alto nivel de ansiedad que le provoca una prueba de este tipo. Siempre que una se enfrenta a un examen, existe un factor clave: la suerte. Especialmente en idiomas, el tema sobre el que se desarrolla el examen o una parte de él puede repercutir en gran medida en la nota obtenida.

Por otro lado, cuando uno aprueba estos exámenes, no significa que domine el idioma al nivel que le certifican. Es decir, que haber pasado una prueba de Cambridge quiere decir que te has preparado para ese examen en particular y no tiene por qué implicar que, si te presentas el examen de la EOI para acreditar el mismo nivel del idioma, lo vayas a aprobar. Esta última reflexión puede ser la excusa que las empresas utilizan para pedir la acreditación de nivel por un organismo u otro, aunque en realidad lo que influye en esta decisión, yo creo, es una cuestión más bien económica.

Las acreditaciones de nivel se han convertido en un negocio muy provechoso en los últimos años. Ya muchas empresas tienen convenios con las organizaciones que ofertan este tipo de pruebas, llegando incluso a ofrecer cursos a sus empleados. La cuestión económica en estos exámenes es otro punto que puede añadir presión al examinado porque, en el caso de Cambridge, por ejemplo, el precio de las pruebas oscila entre los 100 y los 200 euros, dependiendo del nivel al que desees presentarte. En caso de suspender la prueba y no conseguir tu acreditación, no recibirás ningún tipo de descuento al presentarte por segunda vez. Además, pasar este tipo de exámenes requiere preparación, a través de un libro (u otro tipo de material que suele ser de pago) y, en muchas ocasiones de una academia, con lo cual, el total de dinero invertido asciende. En las EOIs es posible presentarse por libre tan solo al examen de certificación, pero también se ha de pagar una cantidad que varía entre Comunidades Autónomas, aunque no supera los 100 euros.

La certificación de idiomas presenta gran complejidad y tal vez no exista todavía un método más efectivo para medir las capacidades de los alumnos en las lenguas extrajeras. Sin embargo, ya que docentes y discentes llevan años tratando de modificar el Sistema Educativo para hacerlo más eficiente y centrado en la práctica, los exámenes de certificación presentan también un amplio margen de mejora.

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